Tiempo de poesía
Hace unos días vi la película Invictus, dirigida por Clint Eastwood, que cuenta la proeza realizada en Sudáfrica por la escuadra nacional de rugby, los Springboks, al proclamarse campeones del mundo en 1995, después de haber sido considerado uno de los peores equipos. También nos retrata la conmovedora historia del gran Nelson Mandela, recién electo presidente de Sudáfrica en aquella época, y de cómo a través del rugby y de los Springboks, logró dar uno de los primeros pasos hacia la unificación de su país.
Sin duda una obra maestra del cine, que nos sorprende a cada momento con todos sus elementos: guión, música, fotografía y las maravillosas actuaciones de Morgan Freeman y Matt Damon en los protagónicos. Invictus tenía todo para ser una de las grandes ganadoras de este año, sin embargo, fue vencida por la pieza militar de Katherine Bigelow, The hurt locker, amén de los gustos norteamericanos.
Pero el motivo de esta entrada no es el de hablar de cine, sino de poesía. Pues bien, uno de los momentos más conmovedores de la película transcurre cuando los Springboks, llevados por su capitán François Pienaar, hacen una visita a la prisión donde otrora residiera Mandela, para ser testigos de la realidad a la que se enfrentó durante 27 años, viviendo en una celda estrecha y trabajando de sol a sol. En dicho instante François recuerda las palabras de un poema que el presidente le regala escrito en una hoja para inspirarlo. Dicho poema, titulado Invictus, que Mandela recitaba para sí cuando estaba preso, fue muchas veces "la única razón para levantarse, cuando lo único que quería hacer era estar acostado".
Ese poema es la razón por la que escribo, porque se convirtió en un par de minutos que lo escuché, en uno de mis favoritos. Fue compuesto por el inglés William Ernest Henley, contemporáneo de R.L. Stevenson, mas no tan recordado como este. Aquí lo dejo a su consideración:
Invictus
Out of the night that covers me,
Desde la noche que sobre mi se cierne
Black as the Pit from pole to pole,
negra como el abismo, de polo a polo
I thank whatever gods may be
agradezco a los dioses si existen
For my unconquerable soul.
por mi alma inconquistable.
In the fell clutch of circumstance
Caído en las garras de la circunstancia
I have not winced nor cried aloud.
No he pestañeado ni llorado en voz alta.
Under the bludgeonings of chance
Bajo los golpes del destino
My head is bloody, but unbowed.
mi cabeza está ensangrentada, pero no agachada.
Beyond this place of wrath and tears
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
Looms but the Horror of the shade,
No yace mas que el horror de la sombra
And yet the menace of the years
Aún así la amenaza de los años
Finds, and shall find, me unafraid.
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
It matters not how strait the gate
No importa cuán estrecha sea la puerta,
How charged with punishments the scroll,
cuán cargada de castigo la sentencia.
I am the master of my fate;
Soy el amo de mi destino;
I am the captain of my soul.
soy el capitán de mi alma.
Años atrás escribí algo sobre este poema. Inspirador, místico y eterno vigente.
ResponderEliminarHoy hablamos en la clase de textos griegos sobre las traducciónes de los poemas. El maestro recitó a Safo, poeta griego, y concluímos en la sencilla idea de que: sólo un poeta puede traducir a otro poeta.
Me gusta mucho tu nuevo blog. Lo leeré con frecuencia. Besos y letras.
Tu Pepe.